La ortodoncia en adultos es más lenta y peligrosa que la de los jóvenes, pues no se pueden realizar todos los movimientos deseados en los dientes por riesgos a efectos adversos, como la pérdida o las lesiones de las piezas dentales.
En las últimas dos décadas, personas cada vez de mayor edad, incluso por encima de los 50 años, recurren a este procedimiento por el avance de las técnicas, el desarrollo de nuevos materiales y también porque al aumentar la expectativa de vida, la gente cada día quiere verse mejor.
Inicialmente, eran los padres, que al ver a sus hijos, se mandaban a enderezar los dientes. Después fueron las personas que al enfrentar un divorcio, querían mejorar su sonrisa para iniciar una nueva relación en pareja.
Lo difícil, en estos casos, es asimilar que deberán tenerse una serie de aparatos dentro de la boca, que son molestos y que permanecerán por largo tiempo.
Eso atenta directamente contra los hábitos e incluso contra la imagen corporal.
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Por eso, hay que empezar a dudar de aquellos que ofrecen soluciones inmediatas.
El siguiente paso es planear exactamente sobre las características reales de cada personas qué se quiere y qué se puede lograr. Es importante que sepa que no todo es posible y que las sonrisas perfectas, al estilo Hollywood, tal vez, no son posibles.
Aquí es valioso aclarar que no todo lo que se pretende se logra con brackets o frenillos. Teniendo en cuenta que los huesos de los adultos no crecen como los de los niños, en algunos casos puede ser necesario combinar la ortodoncia con cirugía para lograr el objetivo final, incluso si faltan piezas dentales.
En no pocos casos, la ortodoncia en adultos se realiza con el objetivo final de colocar una buena prótesis, lo que exige corregir la posición de los dientes residuales que permanecen en la boca para obtener un óptimo resultado. Esto incluso, si se piensa en implantes.
Algunas advertencias
Los tratamientos deben ser hechos por profesionales acreditados por la sociedad científica respectiva.
Se debe evitar la aplicación de aparatos de ortodoncia si existe pérdida de hueso diagnosticada radiológicamente, o con movilidad dental evidente.
Los fumadores crónicos deben ser sometidos a exámenes más profundos antes de iniciar tratamientos, porque existe el riesgo de que tengan lesiones mayores, incluso tumores.
Se deben fijar tiempos exactos de tratamiento y metas claras que deben ser evaluadas periódicamente.
Ante signos leves de infección, dolor permanente que no cede con los tratamientos convencionales, se debe reconsiderar la intervención.
Los controles posteriores deben ser regulares, ojalá cada 25 días, con el objeto de mirar la firmeza de las piezas dentales y la orientación de las mismas.
Ante las dudas, absténgase de iniciar tratamiento.
Fuente: eltiempo.com
Por: Redacción ELTIEMPO / REDACCIÓN SALUD
Asesoría: Eduardo Neira W., odontólogo rehabilitador y estético, NYU.
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