IMPLANTES DENTALES, la tercera dentición

Mejor calidad de vida, más deseos de vivir y autoestima alta, son algunas de las ventajas que ofrece la técnica de la implantogía a los pacientes que se someten a esta en vez de recurrir a la tradicional colocación de “puentes” y “cajas” maxilares.

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De acuerdo a las explicaciones ofrecidas por el implantólogo y director de Clínica de la Universidad Central del Este y representante oficial en el país de la Sociedad de Implantología Oral Latinoamericana (SIOLA), esta técnica es una disciplina que tiene como función la colocación de raíces artificiales dentro de los maxilares.


Entrevistado para la sección de ¡Vivir!, el especialista indica que en principio los implantes tenían forma cilíndricas, pero a medida que ha avanzado el tiempo ahora tienen aspecto rocoso como un tornillo, lo que ofrece un trabajo más duradero y garantizado.

La realización de esta técnica requiere de un tiempo que se denomina óseo integración, que es el período en que el hueso maxilar acepta el implante como propio, explica el implantólogo José Luis Rafel Amato. “Es a partir de ese tiempo que podemos empezar con la parte de prótesis, o sea la colocación de la corona que es lo que devolverá al paciente la pieza dental deseada”.

El tornillo del implante es elaborado en titanio, un metal que no es nocivo al ser humano y con una muy baja tasa de rechazo en el organismo. “Es uno de los materiales más compatible con el ser humano”.

El doctor José Luis Rafel Amato visitó la redacción de la sección ¡Vivir! para informar sobre el II Encuentro Latinoamericano Universitario de Implantología Oral, efectuado en el país los días 27 y 28 de este mes de abril, evento en el que se trataron los avances y novedades del área de la implantología en el ámbito mundial.

Tasa de aceptación de los pacientes implantados

El 95% de las personas sometidas a implantes, lo asimilan, solo el 5% lo rechaza, pero no exactamente por el metal, sino por una inadecuada técnica quirúrgica utilizada, informa el experto.

“Cuando se trabaja con una mala técnica es cuando mayor posibilidades de rechazos tiene el paciente. Es decir que ese 5% de rechazo podría desaparecer si todas las técnicas utilizadas fueran llevadas adecuadamente, porque muchas veces ni siquiera el problema es del implante en sí, sino que este es sometido a fuerzas bruscas en la masticación.

Tiempo de adaptación del implante

Oscila entre los cuatro y seis meses, dependiendo de la calidad de hueso, “no es lo mismo un hueso compacto, que tenga una dureza determinada, a uno que sea esponjoso”.

La edad y estado general del paciente, también es fundamental en el resultado del implante, precisa el facultativo, ya que una persona con problemas de salud, como es el caso de los diabéticos, con afecciones cardiovasculares o fumadores, se les hace más difícil asimilar el implante, y por ende le toma más tiempo. También las personas fumadoras o aquellas que han recibido irradiaciones, específicamente en los maxilares por problemas de tumores, y otras patologías. Después de someterse a procesos de irradiaciones es recomendable esperar por lo menos un año para hacerse implantes. “La técnica del implante funciona igual que la ingeniería, si la zapata no está bien sólida, pues entonces habrá problemas en la estructura superior”, precisa el galeno.

En sentido general el tiempo que dura el implante para que el hueso maxilar lo acoja como propio es cuatro a seis meses, siempre que no existan los problemas citados, refiere José Luis Rafel. Cuando termina el trabajo del implantólogo, entonces comienza el del odontólogo, que es quien coloca la corona del diente sobre la base implantada. A partir de los 18 años cualquier personas se puede someter a un implante, especifica el doctor.

“Puentes y cajas de dientes”

La implantología, cuyos resultados va a depender del diagnóstico y estudios generales del paciente, deja atrás la colocación de “cajas” y puentes de una o varias piezas dentales, esta avanzada técnica puede devolver una dentadura casi igual a la natural, es por eso que el implantólogo José Luis Rafel Amato la llama la tercera dentición. Es un procedimiento muy costoso pero que garantiza la inversión a más de 30 años, afirma el implantólogo.

Historia del implante

Paradójicamente la técnica del implante maxilar la ideó el ortopeda sueco Per-Ingvar Branemark en 1952, quien por más de una década utilizó implantes para reconstruir pérdidas óseas en las extremidades inferiores en animales, y, al ver los excelentes resultados de integración en los huesos, pensó que resultaría también en los maxilares.

Es el año 1965 que se hace el primer implante en humanos, y en 1982 se presentó la técnica en un congreso en Toronto, Estados Unidos. En principios éste se desarrolló solo para el maxilar inferior, sin embargo, hoy día se utiliza también en el maxilar superior con excelentes resultados, es considerado como “La tercera dentición”. Es la técnica más avanzada en cuanto a la rehabilitación bucal. Los implantes, que en sus inicios solo fueron creados para los maxilares inferiores hoy día se colocan también en los superiores y con muy buenos resultados. “Gracias a que el hombre es muy inquieto hoy esta técnica puede inclusive hacerse en toda la boca, es decir que se pueden elaborar las denominadas “cajas de diente”, explica el doctor José Luis Rafel Amato, durante la entrevista realizada para esta sección.

Fuente: hoy.com.do