Un 80 por ciento de las personas con estrés y que, además, sufren maloclusión o desajuste de los maxilares superior e inferior pueden padecer cefaleas, ruidos en el oído o mareos.
El odontólogo Vicente Jiménez ha analizado los problemas derivados de la combinación de estrés y maloclusión en su libro "Ajuste oclusal en implantes y dientes naturales:oclusión en 3D" que hoy ha presentado en rueda de prensa junto a sus cuatro hijos odontólogos y coautores.
Cuando se produce un desajuste de los maxilares al cerrar la boca, unido a una tensión nerviosa, hace que los dientes rechinen, sobre todo mientras dormimos.
"Sabes que tienes maloclusión cuando te desgastas los dientes", ha explicado el odontólogo Vicente Jiménez.
Ello genera una sobrecarga en los músculos de la cara y el cuello que puede derivar en cefaleas, dolores faciales o mareos.
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"Una mala oclusión aumenta los dolores de cabeza del 20% de la población que ya padece cefaleas", ha subrayado.
La prevención es la mejor forma de evitar estas consecuencias y por ello Vicente Jiménez recomienda acudir al odontólogo, sobre todo con los niños.
Por su parte, Jaime Jiménez García ha señalado que este desequilibrio puede generar también un fuerte dolor de dientes.
"Cuando no ajustan bien, las piezas dentales que impactan primero se sobrecargan, lo que hace que su ligamento se inflame y duela", ha indicado.
Para solucionar estos problemas se desarrolla una primera fase de control del dolor, mediante la utilización de una férula de descarga para "buscar el equilibrio entre el maxilar superior e inferior", ha remarcado Jaime Jiménez.
La segunda fase es el tratamiento para que ese dolor no vuelva a producirse mediante la utilización de técnicas como la ortodoncia.
Pero en realidad se debe afrontar como un tratamiento multidisciplinar en el que interviene el psicólogo, el fisioterapeuta, el dentista y la medicación, según los especialistas.
Fuente: elconfidencial.com
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