CIRUGÍA BUCAL: Quitarse o no las muelas del juicio


La extracción de las muelas del juicio es en la actualidad una de las operaciones de Cirugía Bucal más comunes. Tanto que algunos dudan de si es realmente necesaria en todos los casos.

Mientras que unos médicos recurren a ella con la premisa de que vale más prevenir que curar, otros son más partidarios de esperar a que los terceros molares se conviertan en un verdadero problema.

Estas muelas suelen aparecer entre los 16 y los 25 años, aunque no siempre lo hacen. «Esto responde a dos situaciones: o que no se hayan formado y no existan, o que se formen inclinadas y eso les impida erupcionar correctamente», explica José María Arano, médico odontólogo y especialista en implantología y rehabilitación oral.

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La falta de espacio para que la muela salga y se coloque correctamente es lo que provoca la mayoría de los problemas por los que se realiza la extracción. «La propia mala erupción genera inflamación en los tejidos que las envuelven y cubren, lo que impide incluso cerrar correctamente la boca», prosigue el doctor Arano.

«Otra indicación habitual para realizar extracciones de forma preventiva es en el caso de los tratamientos ortodóncicos con el fin de prevenir la recaída», afirma el doctor. Para evitarla, se utilizan retenedores. Por eso «es una indicación muy discutible», apunta.

En opinión del doctor, la extracción no sería necesaria cuando los terceros molares están sanos, completamente erupcionados, correctamente colocados, ocluyendo adecuadamente en sus dientes oponentes y pueden ser cepillados y limpiados fácilmente.

COMPLICACIONES

Los riesgos de la extracción de estas muelas son, en general, bajos. «En las muelas superiores, el posoperatorio es muy suave, llegando a ser inexistente», explica Arano. Mientras que en las inferiores «el trauma extractivo es más importante y su localización puede ocasionar que la inflamación origine trismus, que impediría abrir la boca», prosigue.

«Una de las complicaciones más frecuentes se produce cuando el paciente se enjuaga demasiadas veces o de forma vigorosa, produciendo la alveolitis seca, una complicación muy dolorosa», afirma Arano. Otras complicaciones proceden de la proximidad de la muela al nervio dentario inferior. «También puede haber fractura en la mandíbula, pero es totalmente excepcional», comenta Valmaseda. En cualquier caso, lo mejor es realizar revisiones médicas periódicas por lo que pueda ocurrir.

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