El Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la Primera Región (COEM) advierte del riesgo del tratamiento con implantes que se ofertan a bajo coste porque pueden no cumplir un mínimo de calidad, o incluso suponer un riesgo para la salud bucodental del paciente.
Esta es una de las recomendaciones recogidas en la campaña “Tu boca no está de oferta” para defender los derechos de los pacientes, que ha puesto en marcha el COEM y que se puede consultar en su web.
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«El implante es generalmente la mejor opción para sustituir dientes que se han perdido, pero, para garantizar el éxito del tratamiento, es fundamental que se realice por profesionales especializados, formados y con experiencia, que realicen un estudio previo y un mantenimiento posterior adecuados, además de utilizar materiales de máxima calidad», señala el doctor Ramón Soto-Yarritu, presidente del COEM.
Según el experto, un implante de mala calidad tiene un riesgo mucho mayor de no osteointegrarse y de provocar complicaciones por desajustes o fracturas de la prótesis o de los elementos de unión de las prótesis con los implantes. Esto se puede traducir en perder el implante o en infecciones y/o consecuencias más graves para la salud del paciente.
En qué consiste un implante
Los implantes dentales son soportes que actúan como ‘raíces artificiales’, y que se colocan dentro del maxilar o de la mandíbula para posteriormente soportar los nuevos dientes artificiales que irán asentados en ellos. Están fabricados preferentemente de titanio químicamente puro y se utilizan para sustituir dientes que se han perdido por diferentes causas. La principal característica es que un implante es capaz de integrarse de forma natural con el resto de los tejidos de la boca – a través de un proceso biológico conocido como osteointegración- y que no requiere utilizar o tallar los dientes adyacentes sanos, como es el caso de otras opciones para sustituir dientes como la colocación de un puente.
Fases del tratamiento
El procedimiento a seguir es distinto en cada caso y debe ser personalizado. En primer lugar es necesario hacer un estudio específico radiológico y planificar el tratamiento. Esto incluye que el especialista o equipo de especialistas valore de forma individualizada el estado de salud bucal y general del paciente, decida el tratamiento adecuado y el momento ideal para comenzarlo, con el objetivo de que la calidad de vida del paciente no se pierda en ningún momento.
Posteriormente se lleva a cabo la intervención quirúrgica. Para ello el especialista valora, según el diagnóstico del paciente, el tipo de intervención y si es más adecuado realizarla en una fase o en dos.
El siguiente paso es la restauración, que consiste en colocar las prótesis, prestando especial atención a la integración funcional y estética de todos los dientes con las estructuras bucales y faciales.
Por último, es necesario realizar un mantenimiento para controlar la evolución de los resultados del tratamiento, evitar las contaminaciones bacterianas y los posibles desajustes de las prótesis que se pueden producir por el desgaste que la función y el paso del tiempo pueden provocar.
Fuente: elcorreo.com
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