La salud de la boca, entendida como dientes y encías, es fundamental por muchos motivos. Además de su relación con problemas posturales, vértigo y otros síntomas más o menos inequívocos, un nuevo estudio sugiere que una pobre salud dental puede estar relacionada también con problemas mentales y cognitivos. Científicos del Departamento de Ecología Dental en la Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill, descubrieron de hecho que una pérdida de dientes y encías sangrantes podrían ser señal de una declinación en la capacidad mental de la mediana edad.
“Estábamos interesados en evaluar si las personas con problemas de salud dental tenían una función cognitiva relativamente más debilitada, que es un término técnico para definir cuánto se veían afectadas las personas en su memoria o con la palabra y los números”, explicó el doctor Gary Slade, coautor del estudio. “Lo que descubrimos es que por cada diente que una persona había perdido o le habían extraído, la función cognitiva disminuía un poco”.
“Las personas que ya no tenían alguno de sus dientes daban muestras de una función cognitiva más pobre que las que todavía tenían sus dientes propios”, agrega Slade. “Y las personas con menos dientes tenían una cognición debilitada en comparación con aquellos con más dientes. Lo mismo se vio cuando examinamos pacientes con enfermedades graves en sus encías”.
Slade y colegas publicaron los resultados de su estudio en la revista The Journal of American Dental Association, en el que dan cuenta de los datos recabados del análisis que abarcó pruebas de memorias y capacidad de pensamiento, así como el examen de dientes y encías, realizado a casi 6.000 hombres y mujeres de entre 45 y 64 años.
De los datos obtenidos se descubrió que alrededor del 13% de los participantes no tenían dientes naturales. Entre aquellos que conservaban sus propios dientes, un quinto tenía menos de 20 -teniendo en cuenta que un adulto promedio tiene 32 dientes, incluíidas las muelas de juicio-. Además, más del 12% de los participantes tenían problemas de sangrado gengival grave y cavidades gingivales profundas.
Luego de los tests cognitivos realizados a los participantes se descubrió finalmente que aquellos con dientes propios obtenían mejores puntajes en memoria y razonamiento, en recuerdo de palabras, fluidez del lenguaje y habilidad con los números. Por el contrario, aquellos que ya no tenían dientes mostraban un puntaje más bajo.
Además, aquellos que mostraban serias hemorragias en sus encías, además de tener menos dientes, mostraban peores puntajes en los tests cognitivos, siempre en relación a los que tenían más dientes y una mejor salud gingival.
Aun cuando no se encontró una relación causa/efecto, y el porqué de todo no es del todo claro, los investigadores tienen la hipótesis de que detrás de un déficit cognitivo pueden haber múltiples factores.
“Podría ser” -indica Slade- “que la pobre salud dental sea reflejo de una dieta pobre, y que la falta de los denominados 'alimentos para la mente', ricos en antioxidantes, pueda contribuir a la declinación cognitiva. Podría ser también que una débil salud dental lleve a evitar determinados alimentos, contribuyendo más todavía a la declinación cognitiva”.
Según Slade, otros motivos podrían investigarse en la inflamación de las encías “que sae extiende a todo el sistema circulatorio y en definitiva afecta la cognición”.
Los investigadores consideran muy importante lo descubierto ya que podría llevar a reconsiderar los factores de riesgo en aquellas personas proclives a la demencia y el Mal de Alzheimer, en particular, de entre 50 y 60 años.
Fuente: clarin.com
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